viernes, 18 de noviembre de 2011

Trabajé para los mejores talleres de Radio de Esmeraldas y estuve en el ambiente radiodifusor.


Trabajo en Radio Iris, la Decana de la Emisoras Esmeraldeñas. (1965)

La “Radio Iris” era la emisora de onda corta más famosa de esmeraldas, sobre todo por los mensajes de todo tipo que se pasaban de 7 a 8 de la noche dirigidos hacia el campo. Escuche cierta noche que necesitaban un técnico de sonido para trabajar en controles, por lo que pedí la bendición a mi madre y embarque rumbo a esmeraldas, para este tiempo mi hermana Esperanza ya vivía en las Palmas, su esposo Medina laboraba en el puerto. Me presente ante el gerente propietario de la emisora don Daniel Álvarez Tenorio, quien me tomó una pruebas y me contrato de inmediato, supo que le sería muy útil por mis conocimientos de radio – electrónica y Televisión.

Trabajé para los mejores talleres de Radio de Esmeraldas y estuve en el ambiente radiodifusor.
Los talleres de Servicio Radiotécnico de los años 65-70.- Por esa época años 65 existían algunos talleres de reparación de radios entre ellos señalamos:
1.- En la 9 de Octubre y Sucre, bajos de la casa de madera esquinera muy antigua de don Diositeo Ruiz, había un Taller denominado “EL TRANSITOR”, su propietario era un señor cuencano Jaime Carrasco Zamora, blanco, colorado de buena estampa y preparación técnica, vestía con un mandil celeste, muy hábil y serio con la  palabra para convencer a sus clientes que estaban entre las familias más adineradas. Bien equipado en herramientas e instrumentos. Un buen multímetro Simpson, y un Analizador-generador de señales de la marca BK para servicio de TV, con él laboraba en calidad de aprendiz un joven llamado Luis Vera.
Don Jaime Carrasco un empresario de mucho éxito, emprendió en el comercio de electrodomésticos y cerámica cuencana, luego en ganadería y bananeras. En los últimos años no he vuelto a saber de él. Muy buena persona, me decía: José darás viendo ese radio….. con su acento cuencano, nos acompañaba muy  poco en las reuniones de la asociación. Pero siempre estaba pendiente de su gremio.
2.- En la calle Bolívar frente al parque central, donde por muchos años estuvo la Librería y Papelería “Católica”, luego Papelería Sánchez, de don Nabor Sánchez y Sra. Había un taller que impactaba con un panel con focos y pequeños instrumentos y conexiones, su propietario era don Silvino Ávila Pereira, señor de años entrados, gordo, de piel canela, usaba ya lentes, sus ayudantes eran sus hijos. Su preparación era empírica, pero se daba modos de ganarse la vida.
3.- En la calle Piedrahita y Bolívar junto a los almacenes de don Alfonso Waibel había un taller denominado “Radio Servicio Quito” de los hermanos Manuel y Telmo Torres, originarios de Quito, medianamente equipados, tenían buena clientela en la clase media y baja de Esmeraldas. Con ellos laboraba un señor Maila que también era miembro de la Banda Municipal de Esmeraldas, Un hermano menor Félix Torres de profesión profesor que estuvo haciendo sus primeros años en Muisne, y luego pasó a laborar por más de 10 años en una escuelita rural de Taquisquele, vía Tabiazo Carlos Concha, también aprendió el oficio con sus hermanos y estudiando por correspondencia. Manuel muy dinámico en el ámbito social y artesanal, miembro de la Asociación de Artesanos de Esmeraldas y de la Federación Provincial de Artesanos de Esmeraldas, luchó por la creación de la Asociación de Radiotécnicos de Esmeraldas, que unió a la clase, llegando a ser presidente luego del primer periodo de mi persona (José Arroba Cedeño).
4.- En la calle Malecón y Salinas, sector conocido como la Barraca,  en los bajos de la casa del señor Chiriboga, había un taller especializado en Rockolas, cuyo propietario era el señor José Mejía Gómez de origen guayaquileño con preparación formal técnica.
Con él laboraban unos 4 ayudantes (Curro Cevallos, Sr. N. Quiñonez, Prasca Morales, Julio Quiñonez) que se encargaban del desmontaje y limpieza de las enormes rockolas. Daban servicio a radios eléctricos y a pilas, con el laboraba también un amigo guayasense llamado  Fernando García, que luego de muchos años instaló su  taller “Sanyo” en las calles Bolívar y Salinas.
5.- Existían dos buenos técnicos preparados de institutos técnicos señor N. Marín y  Don Guillermo Drouet que laboraban para el Banco Nacional de Fomento, en la sección de telecomunicaciones, telegrafía y radiotelefonía. No instalaron taller aparte, pero hacían  vez en cuando trabajos para sus amigos, en sus domicilios. Don Guillermo Drouet pasó por los años 80 a laborar en la sección Eléctrica telefónica de Refinería Esmeraldas, de donde se jubiló por el año 2000.
6.- En los años 80 también exilian otros técnicos en radiocomunicación como Clemente Mieles, Julio César García Gracia. Helio Urriola, etc. Llegaron técnicos nuevos como los Bastidas Arias (Jaime y Héctor) que a la fecha mantienen su taller Audio Visión en la esquina de Olmedo y Juan Montalvo.  y los ayudantes de los talleres antiguos se independizaron surgieron nuevos talleres como los de los compañeros: Lenin Angulo, Jorge Prasca Morales, Germán Viera, Santiago Santos, Jorge Cevallos González (ahora radiodifusor con su emisora Radio Norte”) hecha desde su mismo taller en la malecón y Quito, sector de la platanera, etc.
Hicimos buena relación de Amistad con todos ellos por muchos años que activamos la asociación de radiotécnicos.
Mi homenaje de amigo a los técnicos que han fallecido. Silvino Ávila Pereira, Santiago Santos, Félix Torres Velásquez, Fernando García, Guillermo Drouet Arana en diciembre 26  2010  Manuel Torres Velásquez.

Cuando llegué a Esmeraldas, solicité a mi amigo Carlos Camacho, que me recomendará al mejor taller de la ciudad, y me llevó donde don José Mejía Gómez, me lo presentó y lo primero que me dijo que si sabia reparar radios a transistores, para lo que él no era muy bueno. Le manifesté que es era una de mis especialidades y de inmediato me puso a prueba con una pequeña radiola a pilas, que en menos 20 minutos la tenía lista y funcionando, me contrato a destajo o por obras. Ganaría el 30% de todo lo que yo genere en ingresos para el taller. Laboré muy  poco tiempo, el ambiente no era muy agradable por los fuertes olores a mariscos del mercado la barraca, y en las tardes toda la calle era una cantina abierta y porque la paga no era buena ni justa. Yo estimaba que debía ganar un 50%, ya que yo no era un ayudante que requería de supervisión, sino que era un profesional graduado y ya con alguna experiencia.
Ya laborando para Radio Iris ubicada en ese entonces en la calle Sucre y 9 de Octubre, altos de la casa de los Sacoto de  18:H a 24:H00, me acerqué en la mañana donde don Jaime Carrasco a solicitarle si no requería de un ayudante, me dijo que ya tenía uno, y que si yo sabía  reparar radios a transistores podíamos estar hablando, le dijo que sí y me puso una prueba. Un radio Philips y en media hora lo puso a funcionar, le impresioné y me dijo que podía quedarme a trabajar a porcentaje, me daría el 30% de los ingresos netos por reparación descontando repuestos.
Trabajé con él muy poco tiempo, porque Don Daniel Álvarez Tenorio Gerente de Radio Iris, me asignó una oficina para que trabaje en la reparación de radios y de paso me gane una platita de  5,00 sucres por cada ensanche de banda que hiciera a los radios que en esa época venían en onda corta hasta los 75 metros de  longitud. La radio se había cambiado a los 90 metros de longitud de onda y había que ajustar los radios para poderla sintonizar la nueva frecuencia de la emisora. Había mucho trabajo, decenas de radios venían de toda la provincia con la intensa propaganda que se difundía.
En la onda media no teníamos problemas, se seguía funcionando en los 1.450 Kilociclos con la dificultad que  esta frecuencia sólo era local escuchándose solo en la ciudad y a los alrededores. Mientras que la onda corta que se encendía en la noche con 1KW de potencia se llegaba hasta lejanos países cuyos reportes recibíamos de vez en cuando. 
(en esa época los radios de buena marca eran muy complicados, sobre todo los  europeos Philips, Grundig, y Telefunken, que tenían circuitos y componentes exclusivos, no así los pocos japoneses que estaban llegando Sanyo, Nivico, Sony, Onkyo que tenían componentes (estándares japoneses) y se podían intercambiar sus repuestos).
En la radio Iris hice muchas amistades, entre los operadores,(Segundo Quintero, Prof. César Cabrera, Julio Mieles) locutores comerciales y deportivos,(Wagner Mina Obando, Beto Méndez, Ronald Murillo Cabrera, don Roque Motato, comentarista deportivo, con la secretaria Rosita de Nazareno, con don Raúl Delgado Garay, Director de noticias y luego de irse unos años a los EEUU, regreso con equipos para instalar su propia emisoras la famosa “Radio Unión” donde laboran hasta ahora su esposa e hijos y un fiel locutor y animador profesor Harold Mosquera Ortiz; entre los colegas radiodifusores; don Héctor Endara E. gerente de “La Voz de Esmeraldas” y sus colaboradores Horacio Mendoza Díaz, (Horasmendi), Alberto (Beto) Estupiñán, La Estación de la Alegría” con su gerente Julio Plaza Rada, y con su locutor estrella Luis Kohn Viteri; a quienes algunas veces les presté mis servicios cuando por alguna razón no tenían a sus técnicos a la mano.
Muchas amistades también entre los animadores y aficionados al canto y la música. Conocí a Petita Palma Piñeiro, dinámica folklorista, que hasta el momento sigue laborando con su grupo que ha recorrido muchos países de América y el mundo. Su hija Flor María Pinargoti como otros jóvenes artistas destacaron desde los programas de aficionados al canto que realizaba su  madre. Flor María se casó con mi amigo  muisneño y mi primer locutor de “Radio La Voz de las Palmeras”  Luis Velasco León, los cuales siguieron cultivando el canto, con la hermosa voz que les dotó el creador. Lucho es locutor de Radio Antena Libre sigue ejerciendo su pasión que es estar en la radio.
En uno de los concursos de Morena Linda que realizaba la Radio Iris, me impresionó una linda negra de pelo lacio, alta hermosa, Alicia se llamaba, con quienes cultivamos una linda amistad y salíamos juntos a todas partes por unos pocos meses. Mamá se enteró que estaba de noviazgo con una negra y vino de Muisne a llevarme, que estaba muy joven 19 años, que no era tiempo de comprometerme, que primero tenía que estabilizarme económicamente, para que sea responsable de un hogar,  por no disgustar a mi adorada madre, me regresé a Muisne, tal vez no quería lo suficiente a mi amiga Alicia, luego de unos meses me visitó en Muisne conversamos y no llegamos a nada, cada cual cogió su camino.
Decidí instalarme unos años en Muisne  y servir a mi pueblo. Ejercí actividad deportiva con el Club Juvenil, llegando a ser Presidente de Liga Deportiva Cantonal, actividad política, siendo electo concejal suplente, educativas con  la creación del Colegio Nacional “Alfredo Peréz Guerrero” donde fui alumno fundador, presidente de la Asociación de Estudiantes Secundarios, instalé una radioemisora “la Voz de las Palmeras” que tuve que cerrar a los 5 meses por no tener los permisos correspondientes; realicé algunos programas de aficionados, actividades que reseñaré en otros apartados con más detalles. Pero fueron sólo 4 años, porque en el 1969 tuve que abandonar mi isla querida en busca de educación media y superior en Esmeraldas.

viernes, 29 de julio de 2011

TERMINADA LA ESCUELA A TRABAJAR PARA AYUDAR EN CASA.

Después de la escuela a trabajar.

Por el año 1959, con 14 años de edad y no existiendo la posibilidad por nuestra pobreza de salir a las grandes ciudades a estudiar, no quedó otra opción que dedicarnos a trabajar en lo que fuera para ayudar en los gastos de la casa.
Nuestra madre era muy comprensiva y cariñosa: lo que ganábamos trabajando y le entregábamos a ella para que dispusiera en los gastos de casa, nos decía “esto lo han ganado con vuestro esfuerzo, se quedaba con una porción pequeña de dinero y nos decía que aprendamos a ahorrar y fomentar el negocio”
Ya egresados de la escuela, emprendimos con mi hermano Rafael, todo tipo de actividad que nos generara algún ingreso para poder ayudar en los gastos de casa a mamá.
De lunes a viernes vendíamos panes y rosquitas de manteca, solo en las tardes que salía el pan calientito. Lustrábamos zapatos en el centro del pueblo los días sábados en que todos los mayores solían vestirse para ir a los salones de baile que eran muy concurridos, ya sea en la Punta o Barrio América, en el Barrio San Pedro que existían 2 o tres salones y en Santo Rosa que también habían 3 y hasta 4 salones que se llenaban en su totalidad y muchos curiosos miraban las acrobacias de los bailarines. Nos disputábamos las mejores esquinas, por lo que había que madrugar, entre los rivales lustrabotas, estaban Cesáreo Reyna Hidalgo(dueño de la Casa Blanca), Segundo Rodríguez, Pancho Santana, Jacinto Ortiz (Papaíto) un compañero de 4to. año, Iniciamos luego con la venta de cigarrillo, chicles y caramelos en  un charolito de madera con pequeños compartimientos donde ubicábamos todos los confites, algunas veces don Pepe Tello nos dejaba entrar al Cine, pero pagando boleto para vender nuestros productos; nos iba muy bien sobre todo en los días de embarque de banano. Los mayores compraban solo por cajetillas de los cigarrillos de moda en esa época (Lucky Strike, Philips Morris, Pall Mall,Camell, Marboro, Chesterfield, Kool y otras marcas  norteamericanos).
Algunos de los cigarrillos que se vendían por los años 50 y 60

En estos años había mucho circulante, la producción de banano era excelente por el clima húmedo de la zona, y casi todo el mundo tenía ingresos con que satisfacer sus necesidades. Las monedas que circulaban eran los centavitos, reales, pesetas, cinqueñas y el sucre metálico, a más de los billetes de 1, 5,10, 20, 50 y 100 sucres.

El que tenía sus posibilidades brindaba con buen Wisky escocés, legitimo (faja negra), no se escuchaba que falsificaran los licores nobles, ya que estos venían directo de a bordo de los grandes buques bananeros.
En las fiestas populares de los fines de semana se brindaba con aguardiente embotellado mezclado con colas.
Los confites más populares eran: Caramelos Leche y miel, menta glacial, bombolina, delicia, rellenos de sabores a frutas, huevitos de chocolate, todos estos de la fabrica “La Universal” de Guayaquil, había otros productos como chiclets Adams de menta y sabores. Alguien le recomendó a mi hermano Rafael que en Portoviejo había un almacén de confites de la Universal, que a más de sus productos tenían otros de otras marcas nacionales  y extranjeros muy llamativos en sus empaques multicolor. Mi hermano hizo el primer viaje y vino con un cartoncito lleno de una variedad de productos que fue una gran novedad entre los muchachos de la época. Yo  también realice algunos viajes en busca de las deliciosas golosinas.
Algunos de los confites que se vendían por los años 50 y 60
En ésta parte tengo que dejar sentado mis imperecederos agradecimientos a Don Nilo Mera Endara, Armador de los motoveleros “Santa Beatriz” y “Don Roberto” le hablamos que si nos podía llevar y  nos dió vía libre, similar agradecimiento a su hijo Augusto Mera Santos, contador del buque, se portaron como verdaderos filántropos, no solo con nosotros, sino con muchas personas.
“Las personas nobles de buen corazón no acumularan gran riqueza material, pero ganarán algo más precioso que el aprecio y reconocimiento de quienes han servido”
En uno de estos viajes me pasó una anécdota que luego contaré con más detalles, que por motivos de lluvias en la zona de la cresta el camión que me traía desde Portoviejo a Bahía no pudo avanzar, me perdí de regresar a Muisne en el barco “Santa Beatriz”, quedándome  varado en Bahía por largos y penosos 15 días fuera de mi hogar, hasta que regresó otro barco de Muisne y puede regresar a mi casa, donde mi madre y hermanos estaban tan angustiados. (en esa época las comunicaciones era deficientes) La telegrafía era el medio más idóneo para mensajes de emergencia.

miércoles, 27 de julio de 2011

Rumbo a Esmeraldas a seguir mis estudios secundarios 1969

Viaje a la Capital Provincial, Esmeraldas.

luego de terminar mi segundo año en Muisne viajo a Esmeraldas a continuar mis estudios y a trabajar, para el efecto contaba con el respaldo de mi hermana Esperanza Arroba que vivía en las Palmas me dió hospedaje hasta que me instalara.
Esmeraldas desde el Mar

Instalación de mi taller propio en Esmeraldas

Con la ayuda de don Benjamín Guevara, que me garantizó con las Monjitas de la Inmaculada Concepción, para rentar una tienda grande en la calle Mejía 212  y Bolívar donde había funcionado el colegio religioso de señoritas La Inmaculada, y que luego fue vendido a don Jorge Andrade Arizala y Sra. Noris Montaño , propietarios del  Almacén de Muebles y colchones “Primor” donde me instale con mis herramientas y equipos con mi hermano Rafael, hicimos un letrero tonel nombre de “radio electrónica Arroba”, donde se reparada todo tipo de equipo eléctrico y electrónico. Corría el mes de Mayo de 1979
Me fue muy bien, con capacidad y honestidad me hice de una gran clientela, llegue a tener hasta 5 ayudantes y operarios: Santiago Santos, Germán Vieira, un primo de Carmita Olives1 que el vecino Ortiz le decía mozalbete, un colombiano de apellido Giraldo, mis dos hermanos, Rafael y Eustorgio que le gustó el arreglo mecánico de los tocadiscos, a mas me ayudaba Nelson Tello Perdomo que estuvo conmigo cerca de dos años y unos pocos meses José Hernández, estos últimos compañeros de fundación del Colegio Alfredo Pérez Guerrero de Muisne y con quienes concurríamos al Colegio Nacional 5 de agosto a seguir nuestros estudios. 
Mi Primer Taller Junio 1969, con Julio César García, Técnico amigo

Mi paso por el Colegio Técnico Nocturno Esmeraldas
A pesar de tener una buena relación con el señor Walter Quiñonez Sevilla, presidente de la Federación Deportiva Provincial de Esmeraldas, por mi ex condición de Presidente de la Liga Deportiva Cantonal de Muisne, que participamos en el II Campeonato Intercantonal de Fútbol en 1966 en la ciudad de Limones, por mis antecedentes que venia de hacer una huelga estudiantil en Muisne, logrando hacer retirar al Rector de dicho colegio, don Walter Quiñonez Rector del Colegio Técnico Nocturno Esmeraldas, se opuso a darme matricula por N razones, por más que llevé mi buen padrino a don Benjamín Guevara, que en esa época era Jefe de la dirección Nacional del Banano en Esmeraldas, y vecino del colegio Esmeraldas, pues sus oficinas estaban en la Malecón y Rocafuerte.

Comuniqué este problema  a unos amigos y me dijeron vamos a hablar con el Comandante Jorge Chiriboga Guerrero, hombre duro de la provincia, lo encontramos en la gobernación, y nos hizo pasar al despacho de Marcos Hadatty Saltos gobernador de dicha época, y desde su teléfono llamo  al rector con su voz ronca, “Oye Walter que pasa con Arroba, que ya no hay cupo, estamos llenos….. no nada de peros, Arroba es un joven muy valioso y tienes que dármele matricula, no hablemos mas”. Me acerque al colegio con mis documentos y no sabían cómo ponerme dificultades, pero la orden del comandante Chiriboga no se discutía.

El Colegio funcionaba en la malecón entre 10 de Agosto y Rocafuerte un local donde hace pocos años había funcionado la Cárcel de varones, el edifico viejo del frentes servía como oficinas administrativas y  los cursos en  unos 3 pabellones de una planta

Habían muy buenos profesores entre los cuales nombraré a los que me dieron clases: Guillermo Díaz (geografía), Harold Montero, (Contabilidad) Nelson Estupiñán (contabilidad),  Gregorio Tello, (contabilidad) Evelinda Mojarrango (secretariado), Wilson Balanzátegui (Historia), Arcelio Ramírez Castrillón (Redacción Comercial), Elsy Drouet de Gutiérrez (Mecanografía), Humberto Lujano (Inspector) habían otras profesoras de manualidades cuyos nombres no recuerdo.

En el año 1969 cursaba en  3er año de comercio habiendo logrado ser el mejor alumno del curso por lo cual recibí diploma, hecho que repetí en cuarto año, y pronto me gane el cariño de mis compañeros y profesores, tenía mis equipos de amplificación y disco móvil, que los ponía a la orden en todas las programaciones, organice programas musicales, y campeonatos deportivos que fueron muy bien vistos por todos, lo que me valió que en cuarto año (1970) saliera elegido como Presidente de la asociación Estudiantil del Colegio, teniendo como tal que realizar el Concurso de reina de Reinas Estudiantiles de Esmeraldas.

Entre mis compañeros recuerdo: Adriana Santillán, Alfonso Holguín, Yolanda  Gutiérrez (Reina del Colegio en 1970), Hugo Angulo, Alfredo Colobón, Blanca Valle, Cedeño, María Quiñonez, Mariana Espantoso, Guillermo Chuker, Ricardo Klinger, Patricio García Z. , Sra.  De Panchano, entre otros.

Tengo muy hermosos recuerdos de todos mis compañeros de curso y de colegio, con quienes saludamos efusivamente cuando nos encontramos.


1. Una personita muy especial a  quien recuerdo con cariño


Vista panorámica del Esmeraldas  actual 2010

INTRODUCCIÓN A MI AUTOBIOGRAFÍA


Autobiografía de José Saturnino Arroba Cedeño
Breve reseña de mi vida
Introducción:
§  El porque de esta historia;
Ubicación espacial:
-      Lugar natal: Santa Ana; (1945-1952)
-      17 años de mi vida en  Muisne, (1952-1969)
-      Establecimiento final en esmeraldas. (1969-2004)
§  Ubicación temporal:
La descripción de hechos, acontecimientos, anécdotas y otros datos se da entre 1880 que nacen mis abuelos hasta el año 2004 en que me decido a escribir mis memorias.

§  El porque de esta historia.- hay algunas situaciones, entre ellas:

Luego de su retiro por jubilación de Petroindustrial Refinería Esmeraldas en mayo 1999, instale mi oficina de servicios de edición de textos y copiado, me dedique a la asesoría de monografías y tesis, anteproyectos etc. poco a poco he ido elaborando una base de datos que junto a mi biblioteca personal la he puesto al servicio de los estudiantes del sector donde vivo, ¡qué grandes satisfacciones recibo cada día!  Por mi colaboración en las tesis de grado y monografías y las consultas por Internet asistidas que brindo a mis amigos y clientes entre los que se encuentran estudiantes de todos los niveles y también profesionales. No he acumulado fortuna, pero si la satisfacción del útil en mi paso por este mundo, del deber cumplido por el cual sigo cosechando aprecio y reconocimientos.

Hay un dicho muy popular “para ser hombre y haber sido útil en esta vida, hay que haber sembrado un árbol, tenido un hijo y haber escrito un libro” 

Habiendo ya realizado las dos primeras acciones, solo me faltaba la tercera: escribir un libro y que más de poder a correr la película en mi mente y mis pensamientos, para ahora que estoy lucido poder contar algo de mi vida, personal, familiar y del entorno en que he vivido.

En el velorio de mi tia Elba Cedeño de San Andrés, sucedieron dos hechos que me impulsaron a comentarlo con mi familia.

1.- La tia fallece a las 10 de la noche, mis primos Célleri (Carlos y Guillo) reciben la infausta noticia, me la comunican y viajé en horas de la mañana del domingo 2 de abril, haciendo escala en Santo Domingo, avisándole a mi prima Sandra Ponce y sus hermanos que residen allí, quienes no pudieron asistir, continué mi camino y llegue a Manta a las 7 PM, llame a Ramón para que me diera la dirección, que no recordaba. Tome un taxi y  en 10 minutos estuve en el lugar, la casa es pequeña y estaba llena, lo mismo en el patio y la vereda frontal, puse  mi maletín en el piso y espere hasta ver a alguien conocido, mis primos Célleri habían llegado en la tarde y andaban buscando alojamiento con Carlos San Andrés, estaban las hijas de Carlos  y las dos de Leonila, pero no me conocían, que raro, pensé, la ultima de las tías Cedeño Mieles y  no  había ninguno de los primos que residen en Manabí, hasta que luego de un rato apareció Ramón, a quien di mis condolencias, me dijo pase primo pepe, pero estaba todo lleno con un calor insoportable. Pase al cuarto principal donde estaba mi prima Elba Leonila envuelta en llanto por la perdida de su madre, le dí un abrazo y palabras confortables para el momento.

Luego llegaron mis primos Carlos San Andrés y Célleri, continuó la noche con el rezo del rosario. A partir de la medianoche poco a poco la gente se fue retirando y solo quedamos los vecinos y los familiares. Guillermo y Carlos Célleri se retiraron a las 2 PM. Estábamos muy pocos, yo me acercaba cada rato al ataúd de mi querida tia Elba, contemplarla su ultima presencia física en este mundo. Se me acerca una señora mayorcita de unos 75 años Ana Cevallos de Mendoza, me pregunta que era para la difunta, porque me mantenía apesadumbrado cerca del féretro de mi tia. Le dijo que soy sobrino y nos pusimos a conversar
Abrí mi agenda y comencé a registrar los datos que la venerable señora que decía estaba dentro de la rama familiar paterna de mama, que era familiar de los Álava de la rama de mi abuelo Arcadio Cedeño Álava, quien me narró con detalles la ramificación de mis bisabuelos. Quiso identificarse con todos sus hijos, hermanos, me refirió de las Ibáñez Cedeño, que viven en Guayaquil, de las Santos Cedeño, muy interesante estas narraciones, que como pude anote en mi libreta para descifrarlas después. Pensé, será que nadie tiene la historia escrita, que solo pasara de boca en boca hasta que se pierda en el tiempo, o es hora de que alguien se preocupe de documentar toda nuestra historia, me quedó la idea en la mente.

2. - Mis primas Guillermina y Fátima San Andrés, salían en la tarde de Nueva York y llegarían a Guayaquil a las 10 de la noche, un carro expreso les esperaba para trasladarlas a Manta. Efectivamente a eso de las 4 de la mañana arribaron todas compungidas y llorosas, recibiendo las condolencias de las pocas personas que estábamos, les abrace y les di mis sentidos pésame, pero no me reconocieron ninguna de las dos. No era momento de presentaciones formales, porque ellas se abalanzaron a ver a su madre muerta, a quien no alcanzaron a decirle el último adiós en vida.
Ya más tranquilas a eso de las 5 PM. tomándonos un cafecito con galletas, me acerque primero a Fátima y le dije ¡Hola prima Fátima¡, ¿quien?, Pepe, si prima Pepe Arroba, hijo de tia Honorita, y  mirando a su hermana, le dice Guiílla, el primo pepe, les di un abrazo a ambas, me dijeron que no me habían reconocido, porque son tantos años que no nos vemos. Conversamos un rato y nos recostamos a descansar hasta las 7 AM.

A las 10 AM del día lunes mi tia fue llevada al Colegio “ nn   “ donde fue su rectora para una capilla ardiente, luego del homenaje, nos preparábamos para llevar el féretro a la Iglesia María Auxiliadora, comenzaron a llegar mis primos Ponce Cedeño (Wacho), luego mis primos Cedeño Cedeño con su mamá Gladis Cedeño, con pepe converse algo, sobre la ultima de los CEDEÑO Mieles, y que solo cuando alguien muere y para los fieles difuntos es que nos reunimos, ojala pudiéramos, hacerlo en mejores momentos. Algunos de los primos Cedeño Delgado también llegaron a la iglesia. Me dio la impresión que no existían las mejores relaciones entre los San Andrés y los demás primos, se deduce porque mi persona y los Célleri, viajamos desde mucho mas lejos y estuvimos en el velorio y acompañando hasta el entierro en el cementerio Campos de la Paz, en horas de la tarde. 

Meditando del intento de integración familiar de los Cedeño Mieles, promovido con mucho entusiasmo por Pepe Cedeño, quien con sus hermanos prepararon la primera convención en su finca frutal “Pénjamo” del recinto Agua Fría de la parroquia Ayacucho. Al ver va por buen camino, se me vino la idea de realizar el árbol genealógico de nuestra familia,

Conté este hecho a mi sobrina Anita Rodríguez Arroba, hija de mi hermana Isabel, quien se interesó mucho y no ha faltado a las dos últimas reuniones familiares de los Cedeño, y ha pasado su tiempo recolectando los datos para armar nuestra genealogía.

Pensé que este hecho se complementaría armoniosamente, con una autobiografía, donde se describiera nuestro lugar natal, los hechos y acontecimientos destacados y nuestra precaria relación familiar que intentamos fortalecer con las reuniones de confraternidad.  La finalidad es que nosotros, el cabeza de serie y nuestros hijos, ya no seamos ilustres desconocidos.


lunes, 25 de julio de 2011

Mis inicios laborales en mi juventud mediados de los años 60


Trabajo en Radio Iris, la Decana de la Emisoras Esmeraldeñas. (1964)
  

 La Radio IRIS era la emisora de onda corta más famosa de esmeraldas, sobre todo por los mensajes de todo tipo que se pasaban de 7 a 8 de la noche dirigidos hacia el campo. Escuche cierta noche que necesitaban un técnico de sonido para trabajar en controles, por lo que pedí la bendición a mi madre y embarque rumbo a esmeraldas, para este tiempo mi hermana Esperanza ya vivía en las Palmas, su esposo Medina laboraba en el puerto. Me presente ante el gerente propietario de la emisora don Daniel Álvarez Tenorio, quien me tomó una pruebas y me contrato de inmediato, supo que le sería muy útil por mis conocimientos de radio – electrónica y Televisión.

Trabajé para los mejores talleres de Radio de Esmeraldas.

Como tenía tiempo libre en el día me acerque al taller “El Tansistor” de un cuencano llamado Jaime Carrasco, ubicado en la calle 9 de octubre en los bajos de la casa del Sr. Diositeo Ruiz, frente a la antigua policía, y le solicite trabajo, me puso una prueba en radios a transistores, como la pase con facilidad que quede trabajando con el por un 20% de lo que hacía. No duré mucho porque don Daniel Álvarez Tenorio me habilitó una pieza para que pudiera iniciar mi trabajo de reparación de equipos electrónicos.
Cabina de locución de una Radio

En mi siguiente venida a Esmeraldas, le pedí a  un amigo dirigente laboral, Carlos Camacho que me  recomendará con el mejor radio técnico de Esmeraldas, y me llevó al sector de la Barraca, donde el Señor José Mejía Gomes, especialista en las Famosos Rockolas muy de moda en dicha época. Tenía algunos jóvenes que se dedicaban a limpiar las rockolas, así mismo me hizo una prueba en un radio tocadiscos a transistores en los que no era muy práctico, como resolví rápidamente el problema, reparándola, me contrato con una remuneración del 30 % de todo lo que yo generara. Con el señor Mejía trabajé muy poco tiempo porque consideraba que era muy poca mi participación en el rendimiento de mi  trabajo. Me regresé nuevamente a Muisne a estar cerca de mi madre y hermanos. Con más experiencia a instalar mi propio taller y a servir a mis conciudadanos que no contaban con este importante servicio. Me fue muy bien porque que tenia ingresos cerca a los mil sucres mensuales que era bueno para la época. En Radio Iris se ganaba 600 sucres  por 6 horas nocturnas de trabajo. Recuerdo que me ofrecieron la oficina de correos con un sueldo de 400 sucres que no acepté.
Cabina de control de sonido

ESTUDIOS POR CORRESPONDENCIA (A DISTANCIA)


Estudios por correspondencia. (1960-63)
Técnico en Radio, T.V. y Electrónica





Corría el año 1959 mi hermano Rafael y yo, de 15 y 14 años trabajábamos vendiendo cigarrillos y caramelos, en un periódico viejo encontramos la publicidad de unas escuelas que enseñaban por correspondencia, entre ellas la Hemphill School y la Modern School, todas domiciliadas en los Estados Unidos de Norteamérica, llenamos un formulario y nos llegó bastante información, como no nos inscribíamos, estas escuelas fueron tan insistentes, que por fin mi hermano se matriculo en un curso de ingles, en el cual aprendíamos los dos, luego al terminar dicho curso, Rafael se matriculó en otro, el de Electricidad, y yo me matricule en el de Radio Electrónica y Televisión, contando eso si con la ayuda de mi hermana Isabel, para completar los pagos mensuales que eran de 100 sucres, esto era por el año 1960, mientras estuve viviendo con mi hermana Isabel, ella me pagaba la colegiatura, a los 18 meses ya comencé a realizar pequeños trabajos en los radios de dicha época: entre los de tubo estaban los Philips (holandeses), Philco, RCA (Americanos) los de pilas a transistores, comenzaron a llegar de marcas: Phillips, Telefunken (Alemán), Hitachi, Sanyo, Onkyo, Nivico, Sony (japoneses).
 El curso estaba programado para 36 meses, ya transcurrían los 24 meses y solicite a la escuela que si me podían adelantar los cuadernos de Radios a Transistores que eran los que en su mayoría se encontraban en esa época (1962). Pero me indicaron que tenía que respetarse el orden de estudio, y tuve que esperar casi a los tres años para tener las lecciones 117,118 y 119, que eran las que trataban de estos nuevos y diminutos transistores. Pero no me dormí en los laureles, escribí a la Argentina a una famosa Editorial ARBO SACI, por la cotización de unos libros de reparación de radios a transistores, y luego de 2 meses me llegaron dos libros en español con esta nueva tecnología, que me sirvieron de mucho para mi práctica en los radios que se comenzaban a dañar y no había quien los reparara. Ni siquiera en Esmeraldas, donde los técnicos viejos, solo dominaban los radios eléctricos a tubos.
Mi curiosidad y mi deseo de aprender, investigué, desbarate, y poco a poco fui descubriendo el misterio de estos pequeños radios a pilas.
Cuando me  llegaron las lecciones de transistores, ya tenía algo de experiencia práctica y los conocimientos básicos logrados en los dos libros que importé desde la república Argentina.

Mi  taller de reparación de Radios en Muisne

Tenía que ser en mi propia casa, con mi amigo Jorge Ramírez, me hice hacer un mueble grande de 2,80 x 1,20 y por 0,90 de madera con 4 gavetas, era tan grande que tuvimos dificultad de ingresarlo a la casa.
Puse un letrero que se arreglaban  radios, tocadiscos y poco a poco me fueron llegando los primeros trabajos. Que bien se siente comenzar a recibir ingresos por el esfuerzo de la superación en los estudios.

Titulación en Radio TV y Electrónica (1964)
Como requisito para obtener el Grado de Técnico en Radio , Televisión y Electrónica a más de los exámenes escritos de las lecciones, había que desarrollar una serie practicas de laboratorio, con un juego completo de piezas y accesorios de la rama para armar 16 circuitos. La prueba final era armar una Radio Superheterodino de 6 tubos, de ondas medias y cortas en 5 bandas, que venía acompañado con un manual para el efecto.
Realizando con mucho entusiasmo todos los experimentos llegue por fin a la prueba de fondo y comencé a armar un Radio de verdad con mis propias manos. Esta prueba la realice en Esmeraldas en el departamento técnico de Radio Iris, donde me habían contratado como técnico. Durante una semana en mis ratos libres fui armando el radio hasta que por fin instalé todas las piezas como lo indicaba el instructivo. Pero no contaba que para comprobar la astucia , destreza e  inteligencia de los alumnos, la escuela ponía una traba o trampa, ya que el radio no reaccionaba, solo se escuchaba muy bajito las emisoras locales. No tenía a quien preguntarle nada, y me puse a revisar una y otra vez el ensamblaje y todo lo encontré sin novedad, luego de mucha paciencia fui midiendo las piezas de la sección del sintonizador, RF y Oscilador, porque el audio si sonaba fuerte. Hasta que por fin al medir las bobinas de sintonía, encontré una que media cero, cuando las otras tenían una lectura en ohms de varias unidades, revise bien con una lupa y encontré la trampa. Con un trozo de alambre bien finito que solo se apreciaba con lupa habían cortocircuitado una bobina para que no reaccionara a las frecuencias establecidas. Una vez que quité el alambre, sorpresa, el radio sonó muy fuerte, y una alegría total de haber completado la parte practica. Reporté la situación con detalles y recibí las felicitaciones de la escuela dándome como graduado y me enviaron mi Diploma como graduado de la Hemphill Schools.
Radio similar al que arme como prueba práctica de grado

MI SUPERACIÓN PERSONAL CON AUTOEDUCACIÓN

Estudios por correspondencia. (1960-63)

Corría el año 1959 mi hermano Rafael y yo, de 15 y 14 años luego de terminar la escuela Primaria nos dedicamos a trabajar lustrando zapatos, vendiendo cigarrillos y caramelos, en un periódico viejo encontramos la publicidad de unas escuelas que enseñaban por correspondencia, entre ellas la Hemphill School y la Modern School, todas domiciliadas en los Estados Unidos de Norteamérica, llenamos un formulario y nos llegó bastante información, como no nos inscribíamos, estas escuelas fueron tan insistentes, que por fin mi hermano se matriculo en un curso de ingles, en el cual aprendíamos los dos, luego al terminar dicho curso, Rafael se matriculó en otro, el de Electricidad, y yo me matricule en el de Radio Electrónica y Televisión, contando eso si con la ayuda de mi hermana Isabel, para completar los pagos mensuales que eran de 100 sucres, esto era por el año 1960, mientras estuve viviendo con mi hermana Isabel, ella me pagaba la colegiatura, a los 18 meses ya comencé a realizar pequeños trabajos en los radios de dicha época: entre los de tubo estaban los Philips (holandeses), Philco, RCA (Americanos) los de pilas a transistores, comenzaron a llegar de marcas: Phillips, Telefunken (Alemán), Hitachi, Sanyo, Onkyo, Nivico, Sony (japoneses). El curso estaba programado para 36 meses, ya transcurrían los 24 meses y solicite a la escuela que si me podían adelantar los cuadernos de Radios a Transistores que eran los que en su mayoría se encontraban en esa época (1962). Pero me indicaron que tenía que respetarse el orden de estudio, y tuve que esperar casi a los tres años para tener las lecciones 117,118 y 119, que eran las que trataban de estos nuevos y diminutos transistores. Pero no me dormí en los laureles, escribí a la Argentina a una famosa Editorial ARBO SACI, por la cotización de unos libros de reparación de radios a transistores, y luego de 2 meses me llegaron dos libros en español con esta nueva tecnología, que me sirvieron de mucho para mi práctica en los radios que se comenzaban a dañar y no había quien los reparara. Ni siquiera en Esmeraldas, donde los técnicos viejos, solo dominaban los radios eléctricos a tubos.
Mi curiosidad y mi deseo de aprender, investigué, desbarate, y poco a poco fui descubriendo el misterio de estos pequeños radios a pilas.
Cuando me  llegaron las lecciones de transistores, ya tenía algo de experiencia práctica y los conocimientos básicos logrados en los dos libros que importé desde la república Argentina.

Mi  taller de reparación de Radios en Muisne

Tenía que ser en mi propia casa, con mi amigo Jorge Ramírez, me hice hacer un mueble grande de 2,80 x 1,20 y por 0,90 de madera con 4 gavetas, era tan grande que tuvimos dificultad de ingresarlo a la casa.
Puse un letrero que se arreglaban  radios, tocadiscos y poco a poco me fueron llegando los primeros trabajos. Que bien se siente comenzar a recibir ingresos por el esfuerzo de la superación en los estudios.

Retorno al lugar natal (6 meses del año 1963)

Retorno al lugar natal año 1963  (Asesinato de J. F. Kennedy nov-22-1963)
Santa Ana, Manabí

En dichos años mamá insistió nuevamente a retornar a la tierra de sus ancestros y regresamos mama y los tres varones, Rafael, mi persona y Johnny. También mi padrastro Pedro Pincay, que al no encontrar trabajo permanente, se regresaba a Muisne a buscar recursos para ayudar al sostenimiento de la casa.

Intentamos trabajar en lo que se pudiera, fuimos lustra botas,  yo tenía una carabina de motas con la que se tiraba a los chicles en un tablero, pero tuve que suspender por los requerimientos de la autoridad y lo belicosos y burlescos que eran los muchachos de dicho tiempo en Santa Ana.

Rafael que algo había aprendido con mi hermano mayor Eustorgio de sastrería, buscó   trabajo en un taller, pero pasaron las semanas y meses y no progresaba ni técnicamente ni económico, lo mismo me sucedió a mi, mamá  hablo con un pariente cercado don Luis Álava   que tenía un taller de confección y reparación de calzado, en la que trabajaba un hermano  de don Luis y otro obrero, a mas de la Sra. Wilma Cedeño que también armaba calzado. La vida siempre ha sido dura, existió un celo entre los dos obreros por el nuevo ayudante, no podía coger ni un remiendo, ni una clavada, porque todo lo acaparaban ellos. A veces se     condolían y me daban para que lustrara algunas obras que tenían que entregar y me ganaba 20 centavos por par. Había días que me ganaba 60 centavos otros nada, hasta que   me  hostigue a los pocos días. Luego nos fuimos a la loma detrás de nuestra casa donde una familia Molina, que teñían como la mayoría de personas del pueblo una pequeña empresa de fabricar almidón. Toda la familia trabajaba, unos pelando, otros rayando, colando, secando, y empacando la masa. No teníamos jornal fijo, pero comíamos bien, y a fin de semana recibíamos algunos sucres que en algo mitigaban nuestra precaria situación.
En esas circunstancias, no encontramos con Evangel Rivera y su hermano que andaban comprando la masa o bagazo seco para ser molido y reprocesado para sacar un almidón de segunda clase, que era vendido a las fábricas de tejidos en la sierra. Y le pedimos trabajo a Evangel y dijo bueno, necesito ayudantes. Nos fuimos a trabajar con  Rafael, luego lo  llevamos también a Johnny que era todavía un niño de 10 años, nosotros ya andábamos en los 16 y 15 años. Lindo el trabajo cuando la masa estaba bien seca, pero no cuando estaba húmeda, que los molinos se trabaja y no se avanzaba casi nada y sudábamos lo que se dice    vulgarmente “la gota gorda” nos entregaban un saco de masa que comenzábamos a   moler a las 6 de la mañana y a las 2 ya terminábamos, por lo que ganábamos 2 sucres por saco, algunas veces pedíamos otro saco entre los dos, Johnny cerniendo el almidón también se ganaba un sucre diario. Cansados pero felices regresábamos a casa, porque sabíamos que ya teníamos como ayudar a nuestra madre para que nos atendiera en nuestras comidas y necesidades. Como todo lo bueno se acaba, comenzaban a llegar las telas sintéticas (Poliéster) que no requerían el almidón, y el negocio comenzó a bajar y a reducirse el trabajo. Los amigos Rivera se defendían también comercializando gallinas de los sectores aledaños hacia el mercado local. El papa de ellos compraba las cosechas de tamarindo para procesarla, se cocinaba  y envasaba en latas  para su venta al interior, también nos ayudó con trabajo pelando el tamarindo  y moviendo la paila. Estos amigos serán de recuerdo imperecedero porque nos dieron la mano cuando más lo necesitábamos.
Cantón Santa Ana, carreteras, rio, montaña, represa.



jueves, 21 de julio de 2011

Mi Escuela, profesores y compañeros en Muisne.

Mi segunda escuela: mis profesores y compañeros.- mi traición a mi escuelita.- Mi tercera escuela, rara repetición del sexto grado.

Luego de habernos ambientado al medio, mamá nos puso en la Escuela Fiscal Vicente Rocafuerte la más grande y famosa de las fiscales, que competía en todo con la Escuela Católica San Luis Gonzaga, donde se educaban los hijos de las personas que podían pagar una pensión, módica por cierto, pero que no estaba a nuestro alcance.

Mis profesores.- Volví a repetir el segundo grado, donde tuve como profesora a la Srta. Esther Castro de Trujillo, en el tercer Grado nos tocó el profesor mas jodido (más cruel) por su fama de maltratar a los alumnos que no sean excelentes en conducta y aprovechamiento, su nombre Eduardo Trujillo, esposo de mi profesora de segundo grado. Ese año si la pasamos mal, pero yo más que mi hermano Rafael que era más aplicado y no recibía   los castigos que eran los siguientes: Por no llevar una tarea, quinientas líneas de la oración “debo cumplir mis tareas”, por cualquier desatención en clases, unos pellizcones de orejas, que de verdad si dolían, por hacer bulla en clase o portarse mal, todo el recreo de treinta minutos, teníamos que quedarnos arrodillados con las manos bajo de las rodillas, lo cual era una tortura muy dolorosa. Así mismo unos reglazos en las manos. Buen profesor, exigente, pero un ogro que era odiado por sus alumnos, ya un tiempo después un padre de familia de apellido Mera le dio su merecido a golpes de puño por ser tan cruel con niños de 0cho a nueve años, que estábamos en edad de la inquietud.

Ahora a los años de la madurez, respetamos y queremos a nuestro profesor Trujillo, que aún vivió hasta su muerte en el 2007 en Muisne, y de cuya prole de 6 hijos (Jorge, Laura, Ismenia, Adolfo, Carlos y David) con todos mantengo una  bonita amistad, con Laura porque fuimos fundadores del Colegio Alfredo Pérez Guerrero  de Muisne, en los dos primeros cursos, relación especial con Carlos Trujillo, con quien fue compañero por 20 años en Refinería de Esmeraldas.

En cuarto año mi profesor fue Artemio Gruezo y García, un señor mulato, de baja estatura, gustaba llevar sombrero y era muy introvertido, vivía en una casona muy vieja, donde queda la Escuela-Colegio San Luis Gonzaga. Muy aislado del convivir social, era buen profesor, dominaba mucho la literatura, pero por su forma de ser y extravagancia tanto alumnos del plantel como otros niños le gritaban de lejos Murciélago, porque salía de noche a realizar sus compras y se encerraba en su habitación.


Tuve la suerte con algunos otros alumnos de ser muy cercanos al profesor Gruezo, compartíamos cafecito con pan en su casa llena de libros, porque era muy inclinado a periodista y escritor. Algunos al conocerlo mejor llegamos a apreciar al profesor, luego paso a trabajar en la zona norte de Esmeraldas (San Lorenzo), nos volvimos a encontrar ya el jubilado cobrando sus pensiones en el seguro o en los bancos de Esmeraldas, muchas veces, me encargaba que le guarde sus 120 sucres de pensión, para que no se los quite la gorda de su mujer, pero más tarde regresaba por su plata, la que malgastaba en el vicio que lo llevó a una existencia triste y a la muerte, solo y abandonado.

En quinto año mi profesor fue un señor Luis Valencia, con quien nos llevábamos bien porque nos hacia practicar muchas actividades deportivas y existía una muy buena relación.

En sexto año mi profesor fue el Director de la Escuela don Estanislao Reyna Trejo, Buen profesor, exigente en cuanto al rendimiento y a la disciplina, estaba casado con la Sra. Esther Hidalgo, propietarios de la famosa Pensión Reyna, denominada por esa época como la Casa Blanca, porque se mantenía pintada impecablemente de blanco, cuando la mayoría de las casas eran al natural, madera o caña.

Mis compañeros de aula.- De mis compañeros del sexto año, con algunos de los cuales venimos de los años inferiores
Me recuerdo de: Luis Jaramillo Bernal, Víctor Hugo Colorado, Felipe Ramírez (Malambo)1, Ramón Patiño Bermudes, Hugo Martínez, Francisco Célleri Cedeño, Welington N. de Bunche, cuyo apellido no recuerdo, mi Hermano Rafael Arroba Cedeño y mi persona y de mis queridas amigas: Olga Velasco León, Sila Reina Hidalgo, María Kufoo, Piedad Jaramillo Bernal, Gloria Ochoa Bernal, Kathy Colorado Góngora.

Fuimos muy inquietos y malcriados con nuestras compañeras de grado, las molestábamos demasiado que casi todos los días se quejaban al director, quien nos dispensaba un buen castigo para que nos comportáramos bien: a cada queja de las mujeres, el profesor decía estas frases celebres : “Ramírez Púpalo”  lo que significaba, que como Felipe Ramírez era el más grande y Gruezo de la clase, nos subía en sus anchas espaldas y el profesor nos daba tres varazos (con una vara de palo que usaba para enseñar medidas). Casi todos desfilábamos por este castigo, porque era grande la tentación de molestar a las chicas. Ustedes se preguntaran en esos años 58 y adolescentes de 12 a 13 años como molestaban a las chichas para que estas gritaran: Las clases se daban de pie y cuando se sentaban, ya les habíamos puesto el tintero en los asientos, con los que las hacíamos saltar como resortes y la risotada que nos traía el castigo a todos, ya que nadie se declaraba culpable. Solo el verdugo Ramírez se salvaba, porque por lo pesado no había quien lo pupe.
(a Felipe Ramírez siempre lo saludo, tiene un taller de mecánica industrial cerca del mercado nuevo de Esmeraldas)

La traición a mi escuelita.- Estando ya en sexto grado, con los compañeros señalados, casi todos éramos buenos para el fútbol a excepción de mi hermano Rafael que no le gustaba. Era profesor por esa época del cuarto curso, muy numeroso por ciertos (30 alumnos entre hombres y mujeres) un profesor Luis A. Valencia de Esmeraldas, nos daba educación física a todos, pero con motivos de las fiestas patronales de San Luis Gonzaga, en que invitaron formalmente a nuestra escuela a realizar un encuentro de fútbol con la selección de dicha escuela. Nuestro profesor y Director encargó al profesor Valencia a escoger la selección, quien ni corto ni perezoso la integró casi con todos los alumnos del su grado, habiendo tomado en cuenta solo a Ramón Patiño, Luis Jaramillo y Hugo Martínez, mi primo Paco y yo nos sentimos excluidos, por lo que aprovechando nuestra buena relación con el padre Olimpo, a quien servíamos desde más pequeños de sacristán, le pedimos que nos permitiera jugar por su escuela católica, el sacerdote, consulto con su entrenador, y aceptó, debido a que no tenían suficiente número de jugadores buenos como nosotros, y de inmediato procedimos a confeccionar los uniformes de la escuela rival, claro mi tía Silvia, como siempre, nos vestía a Paquito y a mi igualitos, También me pago mi uniforme.
Vino los días esperados, en que nuestros compañeros nos gritaron de todo, traidores vendidos, y la gente que reía por el extraño caso dado muy pocas veces en ese nivel deportivo. Pero a pesar de tan buenos refuerzos la Escuela Fiscal Vicente Rocafuerte nos goleó por 4 a 1, por lo que la traición paso a segundo plano, y aún conservo una foto donde estamos todos los jugadores de las dos escuelas de ese inolvidable 21 de junio de 1957.

Mi tercera escuela, rara repetición del sexto grado.
Luego  de terminada mi instrucción primaria, no habiendo colegio en el pueblo, ni los recursos para ir a las grandes ciudades a continuar los estudios, se me dio la idea de repetir el sexto año en la misma escuela, es imposible dijo el director, ya está registrado que has egresado con buenas notas y no hay repetición, por ese entonces 1.958 ya funcionaba frente a la cancha, en la calle Manabí, junto al domicilio de Don Cándido Perdomo una escuelita Municipal con pocos alumnos en la cual solicitamos matricula para sexto grado yo y mis compañeros Hugo Martínez y Ramón Patiño, lo hacíamos porque queríamos seguir jugando fútbol y porque en esa escuelita, estudiaban dos lindas niñas a las cuales admirábamos por su belleza , ellas eran dos primas, Leonor Perdomo Bernal y Lucetty Perdomo Rodríguez, hicimos una muy bonita amistad y pasamos un año de lo lindo, Profesor director de esta escuela Municipal era el Sr. Erasmo Ramírez, muy dinámico, que siempre estuvo ligado al quehacer Municipal. 
Ría de Muisne y el manglar.

Nuestra Odisea en busca de la tierra prometida a los hijos de Dios.

Muisne, la tierra donde fluye  la leche y la miel (nunca faltó el alimento).- Una vez confirmado que nuestra querida tía  Silvia, claro con la venia de su  esposo Don Guillermo Célleri, nos darían su apoyo para ir a la paradisíaca isla de Muisne, preparamos nuestros enseres para tomar rumbo a Manta, desde donde nos trasladaríamos en barcos mercantes hasta el puerto de Esmeraldas, en una travesía que duraba 18 largas horas en un mar embravecido, que muchas veces tuvimos que devolver nuestros alimentos por el fuerte mareo de que fuimos víctimas todos los más pequeños.

Situación difícil para un navegante de rió, ya que éramos muy hábiles en las balsas de caña y en nadar en el rió medio crecido, pero al llegar al mar por primera vez, que cambio radical, a uno le daban nauseas por el olor fuerte a marisco producto del anti-técnico faenamiento de la pesca diaria, ya en esos tiempos Manta era un puerto pesquero de gran escala
               
Mamá amaba todos sus recuerdos y nuestro cargamento era grande, había un cajón grande de pino venido del exterior, que mami llenó de revistas de todo tipo, que se conservaron hasta el día de su muerte en el año 1983 (Dic-12), en que en dos piras tuvimos que quemar todos esos recuerdos de nuestra infancia. (Pues ya nadie quería seguir conservando viejas selecciones sin portadas, algunas comenzaban en la página 20, por su deterioro.

En Manta no había muelles y para embarcarnos con nuestra pesada carga, usamos unos pequeños botes, que en varios viajes nos fuimos acomodando en el abarrotado navío,  el Motovelero “5 de Agosto” un  viejo barco de madera de unos 25 metros de largo por 8 de ancho venía desde Guayaquil, lleno de toda clase de mercaderías, ya que por la carencia de carreteras, toda la comercialización a esmeraldas, se la hacía por la vía marítima, Fue horrorosa la travesía hasta Esmeraldas, en 1952, no había muelles y todos los barcos, grandes o pequeños, nacionales o internacionales anclaban en la llamada poza a unos 800 metros de tierra firme.

Ahí en ese lugar y con el constante meneaito (bailoteo de las olas), estuvimos varias horas hasta poder contactar un barco más pequeño que hiciera la travesía hasta la isla de Muisne. Luego de conseguir cupo en uno de esos pequeños barcos en los cuales con dificultad logramos trasladar nuestros enseres con el vaivén de las olas y luego partir hacia nuestro destino, en un trayecto de 6 horas de viaje, de regreso nuevamente hacia sur, desde donde habíamos venido.

Todo mundo mareado deseando llegar cuanto antes a tierra firme, mas de 34 horas en el mar para unos niños montañeses, era un martirio, no me olvidaré nunca, las veces que vomité donde podía, porque en movimiento del barco no permitía, ni siquiera acercarse a la borda del navío, por el riesgo que se corría de caerse el agua.


Vista satelital de Muisne, Relleno, ría. playa  2010
Llegando a la cercanía de la isla, frente a la desembocadura del rió Bunche, se forma una pequeña canal, la cual se mueve constantemente, por el ir y venir de las olas de las mareas, y de las corrientes del rió, lo  que hacía muy temible el ingresar a la ría de aguas serenas ya al interior de la isla, pasamos algunos sustos por las enormes olas que impulsan como cascarillas secas de café a los barcos que intentan ingresar a este lugar llamado la boca de Muisne, luego de varios años comprendimos el porqué de su fama, ya que en sus cambiantes bancos de arena muchos barcos encallaron haciéndose pedazos. Por tal razón los marineros van midiendo la profundidad con una sonda, una vez encontradas las condiciones apropiadas a toda marcha para ganarle a las 3 grandes olas que hay que soportar hasta llegar aguas serenas.

Gracias a las pericias de los marineros y de su piloto y capitán, sorteamos con éxito esta peligrosa entrada.
Muisne parte norte de la isla , boca de Bunche, en marea baja, se ven los bancos de arena que torna peligrosa la entrada a la ría.
Luego de 10 minutos de tranquilo navegar por el manso brazo de mar, llegamos al muelle donde mucha gente esperaba la carga y pasajeros.

Descargamos nuestra carga de enseres y nos ubicamos en un departamento de la Familia Mera Santos muy cerca del muelle y recibimos la bienvenida de nuestra tía y primos que nos estaban esperando.
Como vi a Muisne a mi llegada a la isla en  1952

               
La isla Bonita.- Todo asustado por el cambio de ambiente y con los efectos del cansancio y debilidad por el largo y tedioso viaje, no pudimos apreciar de inmediato la belleza de la isla.

Muisne es una isla de unos 10 kilómetros de largo por 2 de ancho, ubicada en el sur oeste de la provincia de esmeraldas, entre el cabo de San Francisco y la Punta Portete. Su playa es plana y de una arena muy fina y compacta que hasta sirvió de campo de aterrizaje para avionetas de la CIA Cedta que hacia sus viajes semanales a la isla. Su oleaje no es tan fuerte que permite disfrutar de la calidez de sus aguas, no existe peligro de piedras o acumulaciones de ostiones o similares, sus aguas a más de calidez son cristalinas, toda su extensión estaba cubierta con plantaciones de cocoteros que daban una fisonomía hermosa y homogénea, no existen elevaciones y en la parte interna de la ría estaba cubierta de un extenso bosque de manglares donde se hospedaban y desarrollaban decenas de especies bioacuáticas.

La ría o canal interior recibía las aguas de los Ríos Muisne, y repartidero, rió Vilsa Estero Tortuga,

La isla de Muisne tiene dos bocas (canal de entrada) para tener acceso a el canal interior y llegar al puerto o muelle de pueblo que estaba ubicado en la parte norte de la isla, la del sur llamada boca de las Manchas por el poblado que estaba en su extremo, y el del norte o boca de Bunche por el poblado y el rió de su mismo nombre que esta junto a ella. La más usada por las embarcaciones era la de Bunche, mientras que la de las manchas era un poco más peligrosa por sus enormes bajos de arenas que se extendían muy afuera de la playa, y era usada por las lanchas pequeñas.

En la isla existían grandes plantaciones de cocoteros, caña de azúcar, pastos, y sembrados naturales de guabas, guayabas, pomarrosas, que eran disputados por los niños y adolescentes que diariamente recorrían los matorrales en busca de estas apetecidas frutas

Salida al mar en la parte Sur,  Boca de las Manchas