jueves, 21 de julio de 2011

Mi Escuela, profesores y compañeros en Muisne.

Mi segunda escuela: mis profesores y compañeros.- mi traición a mi escuelita.- Mi tercera escuela, rara repetición del sexto grado.

Luego de habernos ambientado al medio, mamá nos puso en la Escuela Fiscal Vicente Rocafuerte la más grande y famosa de las fiscales, que competía en todo con la Escuela Católica San Luis Gonzaga, donde se educaban los hijos de las personas que podían pagar una pensión, módica por cierto, pero que no estaba a nuestro alcance.

Mis profesores.- Volví a repetir el segundo grado, donde tuve como profesora a la Srta. Esther Castro de Trujillo, en el tercer Grado nos tocó el profesor mas jodido (más cruel) por su fama de maltratar a los alumnos que no sean excelentes en conducta y aprovechamiento, su nombre Eduardo Trujillo, esposo de mi profesora de segundo grado. Ese año si la pasamos mal, pero yo más que mi hermano Rafael que era más aplicado y no recibía   los castigos que eran los siguientes: Por no llevar una tarea, quinientas líneas de la oración “debo cumplir mis tareas”, por cualquier desatención en clases, unos pellizcones de orejas, que de verdad si dolían, por hacer bulla en clase o portarse mal, todo el recreo de treinta minutos, teníamos que quedarnos arrodillados con las manos bajo de las rodillas, lo cual era una tortura muy dolorosa. Así mismo unos reglazos en las manos. Buen profesor, exigente, pero un ogro que era odiado por sus alumnos, ya un tiempo después un padre de familia de apellido Mera le dio su merecido a golpes de puño por ser tan cruel con niños de 0cho a nueve años, que estábamos en edad de la inquietud.

Ahora a los años de la madurez, respetamos y queremos a nuestro profesor Trujillo, que aún vivió hasta su muerte en el 2007 en Muisne, y de cuya prole de 6 hijos (Jorge, Laura, Ismenia, Adolfo, Carlos y David) con todos mantengo una  bonita amistad, con Laura porque fuimos fundadores del Colegio Alfredo Pérez Guerrero  de Muisne, en los dos primeros cursos, relación especial con Carlos Trujillo, con quien fue compañero por 20 años en Refinería de Esmeraldas.

En cuarto año mi profesor fue Artemio Gruezo y García, un señor mulato, de baja estatura, gustaba llevar sombrero y era muy introvertido, vivía en una casona muy vieja, donde queda la Escuela-Colegio San Luis Gonzaga. Muy aislado del convivir social, era buen profesor, dominaba mucho la literatura, pero por su forma de ser y extravagancia tanto alumnos del plantel como otros niños le gritaban de lejos Murciélago, porque salía de noche a realizar sus compras y se encerraba en su habitación.


Tuve la suerte con algunos otros alumnos de ser muy cercanos al profesor Gruezo, compartíamos cafecito con pan en su casa llena de libros, porque era muy inclinado a periodista y escritor. Algunos al conocerlo mejor llegamos a apreciar al profesor, luego paso a trabajar en la zona norte de Esmeraldas (San Lorenzo), nos volvimos a encontrar ya el jubilado cobrando sus pensiones en el seguro o en los bancos de Esmeraldas, muchas veces, me encargaba que le guarde sus 120 sucres de pensión, para que no se los quite la gorda de su mujer, pero más tarde regresaba por su plata, la que malgastaba en el vicio que lo llevó a una existencia triste y a la muerte, solo y abandonado.

En quinto año mi profesor fue un señor Luis Valencia, con quien nos llevábamos bien porque nos hacia practicar muchas actividades deportivas y existía una muy buena relación.

En sexto año mi profesor fue el Director de la Escuela don Estanislao Reyna Trejo, Buen profesor, exigente en cuanto al rendimiento y a la disciplina, estaba casado con la Sra. Esther Hidalgo, propietarios de la famosa Pensión Reyna, denominada por esa época como la Casa Blanca, porque se mantenía pintada impecablemente de blanco, cuando la mayoría de las casas eran al natural, madera o caña.

Mis compañeros de aula.- De mis compañeros del sexto año, con algunos de los cuales venimos de los años inferiores
Me recuerdo de: Luis Jaramillo Bernal, Víctor Hugo Colorado, Felipe Ramírez (Malambo)1, Ramón Patiño Bermudes, Hugo Martínez, Francisco Célleri Cedeño, Welington N. de Bunche, cuyo apellido no recuerdo, mi Hermano Rafael Arroba Cedeño y mi persona y de mis queridas amigas: Olga Velasco León, Sila Reina Hidalgo, María Kufoo, Piedad Jaramillo Bernal, Gloria Ochoa Bernal, Kathy Colorado Góngora.

Fuimos muy inquietos y malcriados con nuestras compañeras de grado, las molestábamos demasiado que casi todos los días se quejaban al director, quien nos dispensaba un buen castigo para que nos comportáramos bien: a cada queja de las mujeres, el profesor decía estas frases celebres : “Ramírez Púpalo”  lo que significaba, que como Felipe Ramírez era el más grande y Gruezo de la clase, nos subía en sus anchas espaldas y el profesor nos daba tres varazos (con una vara de palo que usaba para enseñar medidas). Casi todos desfilábamos por este castigo, porque era grande la tentación de molestar a las chicas. Ustedes se preguntaran en esos años 58 y adolescentes de 12 a 13 años como molestaban a las chichas para que estas gritaran: Las clases se daban de pie y cuando se sentaban, ya les habíamos puesto el tintero en los asientos, con los que las hacíamos saltar como resortes y la risotada que nos traía el castigo a todos, ya que nadie se declaraba culpable. Solo el verdugo Ramírez se salvaba, porque por lo pesado no había quien lo pupe.
(a Felipe Ramírez siempre lo saludo, tiene un taller de mecánica industrial cerca del mercado nuevo de Esmeraldas)

La traición a mi escuelita.- Estando ya en sexto grado, con los compañeros señalados, casi todos éramos buenos para el fútbol a excepción de mi hermano Rafael que no le gustaba. Era profesor por esa época del cuarto curso, muy numeroso por ciertos (30 alumnos entre hombres y mujeres) un profesor Luis A. Valencia de Esmeraldas, nos daba educación física a todos, pero con motivos de las fiestas patronales de San Luis Gonzaga, en que invitaron formalmente a nuestra escuela a realizar un encuentro de fútbol con la selección de dicha escuela. Nuestro profesor y Director encargó al profesor Valencia a escoger la selección, quien ni corto ni perezoso la integró casi con todos los alumnos del su grado, habiendo tomado en cuenta solo a Ramón Patiño, Luis Jaramillo y Hugo Martínez, mi primo Paco y yo nos sentimos excluidos, por lo que aprovechando nuestra buena relación con el padre Olimpo, a quien servíamos desde más pequeños de sacristán, le pedimos que nos permitiera jugar por su escuela católica, el sacerdote, consulto con su entrenador, y aceptó, debido a que no tenían suficiente número de jugadores buenos como nosotros, y de inmediato procedimos a confeccionar los uniformes de la escuela rival, claro mi tía Silvia, como siempre, nos vestía a Paquito y a mi igualitos, También me pago mi uniforme.
Vino los días esperados, en que nuestros compañeros nos gritaron de todo, traidores vendidos, y la gente que reía por el extraño caso dado muy pocas veces en ese nivel deportivo. Pero a pesar de tan buenos refuerzos la Escuela Fiscal Vicente Rocafuerte nos goleó por 4 a 1, por lo que la traición paso a segundo plano, y aún conservo una foto donde estamos todos los jugadores de las dos escuelas de ese inolvidable 21 de junio de 1957.

Mi tercera escuela, rara repetición del sexto grado.
Luego  de terminada mi instrucción primaria, no habiendo colegio en el pueblo, ni los recursos para ir a las grandes ciudades a continuar los estudios, se me dio la idea de repetir el sexto año en la misma escuela, es imposible dijo el director, ya está registrado que has egresado con buenas notas y no hay repetición, por ese entonces 1.958 ya funcionaba frente a la cancha, en la calle Manabí, junto al domicilio de Don Cándido Perdomo una escuelita Municipal con pocos alumnos en la cual solicitamos matricula para sexto grado yo y mis compañeros Hugo Martínez y Ramón Patiño, lo hacíamos porque queríamos seguir jugando fútbol y porque en esa escuelita, estudiaban dos lindas niñas a las cuales admirábamos por su belleza , ellas eran dos primas, Leonor Perdomo Bernal y Lucetty Perdomo Rodríguez, hicimos una muy bonita amistad y pasamos un año de lo lindo, Profesor director de esta escuela Municipal era el Sr. Erasmo Ramírez, muy dinámico, que siempre estuvo ligado al quehacer Municipal. 
Ría de Muisne y el manglar.

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