Retorno al lugar natal año 1963 (Asesinato de J. F. Kennedy nov-22-1963)
![]() |
Santa Ana, Manabí |
En dichos años mamá insistió nuevamente a retornar a la tierra de sus ancestros y regresamos mama y los tres varones, Rafael, mi persona y Johnny. También mi padrastro Pedro Pincay, que al no encontrar trabajo permanente, se regresaba a Muisne a buscar recursos para ayudar al sostenimiento de la casa.
Intentamos trabajar en lo que se pudiera, fuimos lustra botas, yo tenía una carabina de motas con la que se tiraba a los chicles en un tablero, pero tuve que suspender por los requerimientos de la autoridad y lo belicosos y burlescos que eran los muchachos de dicho tiempo en Santa Ana.
Rafael que algo había aprendido con mi hermano mayor Eustorgio de sastrería, buscó trabajo en un taller, pero pasaron las semanas y meses y no progresaba ni técnicamente ni económico, lo mismo me sucedió a mi, mamá hablo con un pariente cercado don Luis Álava que tenía un taller de confección y reparación de calzado, en la que trabajaba un hermano de don Luis y otro obrero, a mas de la Sra. Wilma Cedeño que también armaba calzado. La vida siempre ha sido dura, existió un celo entre los dos obreros por el nuevo ayudante, no podía coger ni un remiendo, ni una clavada, porque todo lo acaparaban ellos. A veces se condolían y me daban para que lustrara algunas obras que tenían que entregar y me ganaba 20 centavos por par. Había días que me ganaba 60 centavos otros nada, hasta que me hostigue a los pocos días. Luego nos fuimos a la loma detrás de nuestra casa donde una familia Molina, que teñían como la mayoría de personas del pueblo una pequeña empresa de fabricar almidón. Toda la familia trabajaba, unos pelando, otros rayando, colando, secando, y empacando la masa. No teníamos jornal fijo, pero comíamos bien, y a fin de semana recibíamos algunos sucres que en algo mitigaban nuestra precaria situación.
En esas circunstancias, no encontramos con Evangel Rivera y su hermano que andaban comprando la masa o bagazo seco para ser molido y reprocesado para sacar un almidón de segunda clase, que era vendido a las fábricas de tejidos en la sierra. Y le pedimos trabajo a Evangel y dijo bueno, necesito ayudantes. Nos fuimos a trabajar con Rafael, luego lo llevamos también a Johnny que era todavía un niño de 10 años, nosotros ya andábamos en los 16 y 15 años. Lindo el trabajo cuando la masa estaba bien seca, pero no cuando estaba húmeda, que los molinos se trabaja y no se avanzaba casi nada y sudábamos lo que se dice vulgarmente “la gota gorda” nos entregaban un saco de masa que comenzábamos a moler a las 6 de la mañana y a las 2 ya terminábamos, por lo que ganábamos 2 sucres por saco, algunas veces pedíamos otro saco entre los dos, Johnny cerniendo el almidón también se ganaba un sucre diario. Cansados pero felices regresábamos a casa, porque sabíamos que ya teníamos como ayudar a nuestra madre para que nos atendiera en nuestras comidas y necesidades. Como todo lo bueno se acaba, comenzaban a llegar las telas sintéticas (Poliéster) que no requerían el almidón, y el negocio comenzó a bajar y a reducirse el trabajo. Los amigos Rivera se defendían también comercializando gallinas de los sectores aledaños hacia el mercado local. El papa de ellos compraba las cosechas de tamarindo para procesarla, se cocinaba y envasaba en latas para su venta al interior, también nos ayudó con trabajo pelando el tamarindo y moviendo la paila. Estos amigos serán de recuerdo imperecedero porque nos dieron la mano cuando más lo necesitábamos.
![]() |
Cantón Santa Ana, carreteras, rio, montaña, represa. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario