Autobiografía de José Saturnino Arroba Cedeño
Breve reseña de mi vida
Introducción:
§ El porque de esta historia;
Ubicación espacial:
- Lugar natal: Santa Ana; (1945-1952)
- 17 años de mi vida en Muisne, (1952-1969)
- Establecimiento final en esmeraldas. (1969-2004)
§ Ubicación temporal:
§ Ubicación temporal:
La descripción de hechos, acontecimientos, anécdotas y otros datos se da entre 1880 que nacen mis abuelos hasta el año 2004 en que me decido a escribir mis memorias.
§ El porque de esta historia.- hay algunas situaciones, entre ellas:
Luego de su retiro por jubilación de Petroindustrial Refinería Esmeraldas en mayo 1999, instale mi oficina de servicios de edición de textos y copiado, me dedique a la asesoría de monografías y tesis, anteproyectos etc. poco a poco he ido elaborando una base de datos que junto a mi biblioteca personal la he puesto al servicio de los estudiantes del sector donde vivo, ¡qué grandes satisfacciones recibo cada día! Por mi colaboración en las tesis de grado y monografías y las consultas por Internet asistidas que brindo a mis amigos y clientes entre los que se encuentran estudiantes de todos los niveles y también profesionales. No he acumulado fortuna, pero si la satisfacción del útil en mi paso por este mundo, del deber cumplido por el cual sigo cosechando aprecio y reconocimientos.
Hay un dicho muy popular “para ser hombre y haber sido útil en esta vida, hay que haber sembrado un árbol, tenido un hijo y haber escrito un libro”
Habiendo ya realizado las dos primeras acciones, solo me faltaba la tercera: escribir un libro y que más de poder a correr la película en mi mente y mis pensamientos, para ahora que estoy lucido poder contar algo de mi vida, personal, familiar y del entorno en que he vivido.
En el velorio de mi tia Elba Cedeño de San Andrés, sucedieron dos hechos que me impulsaron a comentarlo con mi familia.
1.- La tia fallece a las 10 de la noche, mis primos Célleri (Carlos y Guillo) reciben la infausta noticia, me la comunican y viajé en horas de la mañana del domingo 2 de abril, haciendo escala en Santo Domingo, avisándole a mi prima Sandra Ponce y sus hermanos que residen allí, quienes no pudieron asistir, continué mi camino y llegue a Manta a las 7 PM, llame a Ramón para que me diera la dirección, que no recordaba. Tome un taxi y en 10 minutos estuve en el lugar, la casa es pequeña y estaba llena, lo mismo en el patio y la vereda frontal, puse mi maletín en el piso y espere hasta ver a alguien conocido, mis primos Célleri habían llegado en la tarde y andaban buscando alojamiento con Carlos San Andrés, estaban las hijas de Carlos y las dos de Leonila, pero no me conocían, que raro, pensé, la ultima de las tías Cedeño Mieles y no había ninguno de los primos que residen en Manabí, hasta que luego de un rato apareció Ramón, a quien di mis condolencias, me dijo pase primo pepe, pero estaba todo lleno con un calor insoportable. Pase al cuarto principal donde estaba mi prima Elba Leonila envuelta en llanto por la perdida de su madre, le dí un abrazo y palabras confortables para el momento.
Luego llegaron mis primos Carlos San Andrés y Célleri, continuó la noche con el rezo del rosario. A partir de la medianoche poco a poco la gente se fue retirando y solo quedamos los vecinos y los familiares. Guillermo y Carlos Célleri se retiraron a las 2 PM. Estábamos muy pocos, yo me acercaba cada rato al ataúd de mi querida tia Elba, contemplarla su ultima presencia física en este mundo. Se me acerca una señora mayorcita de unos 75 años Ana Cevallos de Mendoza, me pregunta que era para la difunta, porque me mantenía apesadumbrado cerca del féretro de mi tia. Le dijo que soy sobrino y nos pusimos a conversar
Abrí mi agenda y comencé a registrar los datos que la venerable señora que decía estaba dentro de la rama familiar paterna de mama, que era familiar de los Álava de la rama de mi abuelo Arcadio Cedeño Álava, quien me narró con detalles la ramificación de mis bisabuelos. Quiso identificarse con todos sus hijos, hermanos, me refirió de las Ibáñez Cedeño, que viven en Guayaquil, de las Santos Cedeño, muy interesante estas narraciones, que como pude anote en mi libreta para descifrarlas después. Pensé, será que nadie tiene la historia escrita, que solo pasara de boca en boca hasta que se pierda en el tiempo, o es hora de que alguien se preocupe de documentar toda nuestra historia, me quedó la idea en la mente.
2. - Mis primas Guillermina y Fátima San Andrés, salían en la tarde de Nueva York y llegarían a Guayaquil a las 10 de la noche, un carro expreso les esperaba para trasladarlas a Manta. Efectivamente a eso de las 4 de la mañana arribaron todas compungidas y llorosas, recibiendo las condolencias de las pocas personas que estábamos, les abrace y les di mis sentidos pésame, pero no me reconocieron ninguna de las dos. No era momento de presentaciones formales, porque ellas se abalanzaron a ver a su madre muerta, a quien no alcanzaron a decirle el último adiós en vida.
Ya más tranquilas a eso de las 5 PM. tomándonos un cafecito con galletas, me acerque primero a Fátima y le dije ¡Hola prima Fátima¡, ¿quien?, Pepe, si prima Pepe Arroba, hijo de tia Honorita, y mirando a su hermana, le dice Guiílla, el primo pepe, les di un abrazo a ambas, me dijeron que no me habían reconocido, porque son tantos años que no nos vemos. Conversamos un rato y nos recostamos a descansar hasta las 7 AM.
A las 10 AM del día lunes mi tia fue llevada al Colegio “ nn “ donde fue su rectora para una capilla ardiente, luego del homenaje, nos preparábamos para llevar el féretro a la Iglesia María Auxiliadora, comenzaron a llegar mis primos Ponce Cedeño (Wacho), luego mis primos Cedeño Cedeño con su mamá Gladis Cedeño, con pepe converse algo, sobre la ultima de los CEDEÑO Mieles, y que solo cuando alguien muere y para los fieles difuntos es que nos reunimos, ojala pudiéramos, hacerlo en mejores momentos. Algunos de los primos Cedeño Delgado también llegaron a la iglesia. Me dio la impresión que no existían las mejores relaciones entre los San Andrés y los demás primos, se deduce porque mi persona y los Célleri, viajamos desde mucho mas lejos y estuvimos en el velorio y acompañando hasta el entierro en el cementerio Campos de la Paz, en horas de la tarde.
Meditando del intento de integración familiar de los Cedeño Mieles, promovido con mucho entusiasmo por Pepe Cedeño, quien con sus hermanos prepararon la primera convención en su finca frutal “Pénjamo” del recinto Agua Fría de la parroquia Ayacucho. Al ver va por buen camino, se me vino la idea de realizar el árbol genealógico de nuestra familia,
Conté este hecho a mi sobrina Anita Rodríguez Arroba, hija de mi hermana Isabel, quien se interesó mucho y no ha faltado a las dos últimas reuniones familiares de los Cedeño, y ha pasado su tiempo recolectando los datos para armar nuestra genealogía.
Pensé que este hecho se complementaría armoniosamente, con una autobiografía, donde se describiera nuestro lugar natal, los hechos y acontecimientos destacados y nuestra precaria relación familiar que intentamos fortalecer con las reuniones de confraternidad. La finalidad es que nosotros, el cabeza de serie y nuestros hijos, ya no seamos ilustres desconocidos.
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